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Las notas cafeteras también inspiraron a Johann Sebastian Bach, conoce la historia

Foto del escritor: Violeta ArandaVioleta Aranda

El Café Zimmermann (Zimmermannsche Kaffeehaus), en la ciudad de Leipzig, Alemania, era un lugar de encuentro popular donde los amantes de la música podían disfrutar de buena comida, bebida y, por supuesto, música en vivo. Esta cafetería fue donde Johann Sebastian Bach, uno de los compositores más reconocidos de todos los tiempos, presentó su "Cantata del Café" (BWV 211).


La "Cantata del Café" conocida popularmente como "Silencio, no habléis" fue compuesta en 1734 y es considerada una de las cantatas más conocidas de Bach. En esta obra, se narra la historia de Liesgen, cuyo excesivo consumo de café causa gran preocupación a su padre.


Los repetidos intentos del padre por hacer que Liesgen deje de tomar esta bebida desencadenan constantes discusiones entre ellos. Liesgen insiste en que el único castigo que se niega a aceptar es la prohibición de beber café, incluso si algún día se casara, su futuro esposo también debería permitirle disfrutar de esta bebida.


Finalmente, padre e hija logran reconciliarse cuando él le informa que su acuerdo matrimonial incluye permitirle consumir 3 tazas de café al día.


La cantata consta de varios movimientos y presenta una variedad de instrumentos, como violines, flautas, oboes y tiorbas, además de una parte vocal. Además de su naturaleza entretenida, la cantata también muestra la habilidad de Bach en la composición coral.


La "Cantata del Café" de Johann Sebastian Bach sigue siendo interpretada y admirada en la actualidad. Su encanto y música únicos nos transportan a la época en la que fue escrita, recordándonos el poder de la música para unir a las personas.


Si quieres escucharla, te dejamos el link a Spotify, mientras disfrutas de un rico café.

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